DUQUE DE RIVAS. SONETOS.
Este mes hemos escogido un autor representativo del Romanticismo Español: El Duque de Rivas.
Sonetos es una muestra de su poesía.
Duque de Rivas. SONETOS
1
Mísero leño
Mísero leño, destrozado y roto,
que en la arenosa playa escarmentado
yaces del marinero abandonado,
despojo vil del ábrego y del noto.
¡Cuánto mejor estabas en el soto,
de aves y ramas y verdor poblado,
antes que, envanecido y deslumbrado,
fueras del mundo al término remoto!
Perdiste la pomposa lozanía,
la dulce paz de la floresta umbrosa,
donde burlabas los sonoros vientos.
¿Qué tu orgulloso afán se prometía?
¿También burlarlos en la mar furiosa?
He aquí el fruto de altivos pensamientos.
2
Ojos divinos
Ojos divinos, luz del alma mía,
por la primera vez os vi enojados;
¡y antes viera los cielos desplomados,
o abierta ante mis pies la tierra fría!
Tener, ¡ay!, compasión de la agonía
en que están mis sentidos sepultados,
al veros centellantes e indignados
mirarme, ardiendo con fiereza impía.
¡Ay!, perdonad si os agravié; perderos
temí tal vez, y con mi ruego y llanto
más que obligaros conseguí ofenderos;
tened, tened piedad de mi quebranto,
que si tornáis a fulminarme fieros
me hundiréis en los reinos del espanto.
3
Receta segura
Estudia poco o nada, y la carrera
acaba de abogado en estudiante,
vete, imberbe, a Madrid, y, petulante,
charla sin dique, estafa sin barrera.
Escribe en un periódico cualquiera;
de opiniones extremas sé el Atlante
y ensaya tu elocuencia relevante
en el café o en junta patriotera.
Primero concejal, y diputado
procura luego ser, que se consigue
tocando con destreza un buen registro;
no tengas fe ninguna, y ponte al lado
que esperanza mejor de éxito abrigue,
y pronto te verás primer ministro.
4
Un buen consejo
Con voz aguardentosa parla y grita
contra todo Gobierno, sea el que fuere.
Llama a todo acreedor que te pidiere,
servil, carlino, feota, jesuíta.
De un diputado furibundo imita
la frase y ademán. Y si se urdiere
algún motín, al punto en él te injiere,
y a incendiar y matar la turba incita.
Lleva bigote luengo, sucio y cano;
un sablecillo, una levita rota,
bien de realista, bien de miliciano.
De nada razonable entiendas jota,
vivas da ronco al pueblo soberano
y serás eminente patriota.
Duque de Rivas
Ángel María de Saavedra y Ramírez de Baquedano, fue el III duque de Rivas, grande de España, más conocido por su título nobiliario de duque de Rivas
Nació en Córdoba el 10 de marzo de 1791
Murió en Madrid el22 de junio de 1865.
Fue un escritor, dramaturgo, poeta, pintor y político español, conocido por su famoso drama romántico Don Álvaro o la fuerza del sino (1835).
Fue presidente del gobierno español (Consejo de Ministros entonces) en 1854, durante sólo dos días.
En la literatura, Rivas fue protagonista del romanticismo español.
Como poeta, su obra más conocida es Romances históricos (1841), adaptaciones de leyendas populares en forma del romance, pero además escribió en poesía obras como Poesías (1814), El desterrado, El sueño del proscrito, A las estrellas y Canto al Faro de Malta. En prosa escribió Sublevación de Nápoles, capitaneada por Masaniello e Historia del Reino de las Dos Sicilias. En ensayo destacó en Los españoles pintados por sí mismos. Escribió romances al estilo de leyendas con brillantes descripciones y hábil fantasía histórica como La azucena milagrosa (1847), Maldonado (1852) y El aniversario (1854). Además realizó varios cuadros de costumbres.
Obras
Poesías
- Poesías (1814)
- Al faro de Malta (1824)
- La niña descoloría
- Con once heridas mortales
- Letrilla
- El moro expósito (1834)
Sonetos
- A Lucianela
- A Dido abandonada
- Cual suele en la floresta deliciosa
- El álamo derribado
- Mísero leño
- Ojos divinos
- Receta segura
- Un buen consejo
Teatro
- Aliatar (1816)
- Lanuza (1822)
- Florinda (1826)
- Arias Gonzalo (1827)
- El desterrado
- Viaje al Vesubio
- Los Hércules
- El parador de Bailén
- El hospedador de provincia
- El duque de Aquitania
- El faro de Malta (1828)
- Don Álvaro o la fuerza del sino (1835)
- Tanto vales cuanto tienes (1840)
- La morisca de Alajuar (1841)
- El desengaño en un sueño (1842)
- La azucena milagrosa (1847)
- El crisol de la lealtad